El escocés bate a un irreconocible Djokovic en el pulso decisivo (6-3 y 6-4, en 1h 42m), retiene el número uno y celebra su primer título de la Copa de Maestros para culminar una temporada plagada de éxitos
Lo que a priori era el no va más, la primera vez en la historia que los dos mejores tenistas se jugaban el trono en el último partido del año, el summum, el partido de los partidos, quedó en realidad reducido a algo mucho más simple. Visto lo visto ayer en Londres, hoy día, sencillamente, no hay mejor jugador que Andy Murray
El escocés batió con holgura a Novak Djokovic (6-3 y 6-4, en 1h 42m) y certificó su condición de número uno del circuito. Una condecoración acompañada por su primer título de la Copa de Maestros, después de siete intentonas fallidas. En el choque del todo o nada, el británico (29 años) se exhibió y puso el sello a una temporada de ensueño. A si el tenista britanico se ubica en el ranking atp mundial en el puesto 1 y 2 puesto se ubica el serbio novak djokovic.
Que ayer lo lograra ante su público es el moño para una gran historia protagonizada por un hombre que no sólo necesita ser fuerte en el tenis: también se le exige solidez fuera del deporte, porque hay diez diarios impresos de tirada nacional, y todos y cada uno de ellos tienen la vista puesta en él las 24 horas del día. No es fácil ser Murray, pero es a la vez grandioso ser Murray, la nueva "rock star" del tenis mundial.
Asesorado ahora por Ivan Lendl, el viaje de Murray no ha sido sencillo. Se desplazó en su infancia a Barcelona y trabajó en la Academia Sánchez-Casal, un talento por hacer. Entendió a jugar en tierra, aunque tardó una eternidad en lograr su primer título en esa superficie (Múnich en 2015), en la que ahora es un especialista a todos los efectos. Es precisamente esa polivalencia la que le ha convertido en el mejor del planeta.
Hay muchos factores para justificar la explosión de un tenista que antes era un actor de reparto, lamentando su suerte por nacer en una época prodigiosa de talentos. Murray, en cualquier otro tiempo, hubiera sido número uno del mundo sin discusión, pero chocó contra Federer, Nadal y después con Djokovic, tres depredadores que ahora están por debajo. Es el premio a la constancia y a la fe, esa que antes no tenía.
El escocés batió con holgura a Novak Djokovic (6-3 y 6-4, en 1h 42m) y certificó su condición de número uno del circuito. Una condecoración acompañada por su primer título de la Copa de Maestros, después de siete intentonas fallidas. En el choque del todo o nada, el británico (29 años) se exhibió y puso el sello a una temporada de ensueño. A si el tenista britanico se ubica en el ranking atp mundial en el puesto 1 y 2 puesto se ubica el serbio novak djokovic.
Que ayer lo lograra ante su público es el moño para una gran historia protagonizada por un hombre que no sólo necesita ser fuerte en el tenis: también se le exige solidez fuera del deporte, porque hay diez diarios impresos de tirada nacional, y todos y cada uno de ellos tienen la vista puesta en él las 24 horas del día. No es fácil ser Murray, pero es a la vez grandioso ser Murray, la nueva "rock star" del tenis mundial.
Asesorado ahora por Ivan Lendl, el viaje de Murray no ha sido sencillo. Se desplazó en su infancia a Barcelona y trabajó en la Academia Sánchez-Casal, un talento por hacer. Entendió a jugar en tierra, aunque tardó una eternidad en lograr su primer título en esa superficie (Múnich en 2015), en la que ahora es un especialista a todos los efectos. Es precisamente esa polivalencia la que le ha convertido en el mejor del planeta.
Hay muchos factores para justificar la explosión de un tenista que antes era un actor de reparto, lamentando su suerte por nacer en una época prodigiosa de talentos. Murray, en cualquier otro tiempo, hubiera sido número uno del mundo sin discusión, pero chocó contra Federer, Nadal y después con Djokovic, tres depredadores que ahora están por debajo. Es el premio a la constancia y a la fe, esa que antes no tenía.
Congratulations @andy_murray Well deserved! I am really happy to be in the same era with you 👍🏼— Novak Djokovic (@DjokerNole) 7 de noviembre de 2016
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